La Vanguardia, 9 febrero 2000

La familia, único valor seguro para los jóvenes, según una encuesta

Los chicos de 16 a 18 años quieren estar más rato con sus padres. Sorprendente, pero cierto. Al menos, así lo revela un estudio presentado ayer por la Diputación de Barcelona. Los jóvenes reclaman más tiempo a sus padres y consideran la familia como el único valor seguro de la actualidad. No lo es el trabajo, desde luego, ni los estudios o profesión elegida, ni mucho menos la pareja.

La encuesta, realizada por la facultad de Pedagogía de la Universitat de Barcelona entre 505 personas de 109 municipios de esta provincia, revela que la falta de tiempo para compartir entre padres e hijos está considerado el déficit educativo más grave por los propios padres, profesores, ayuntamientos y en todas las franjas de edad, incluida la de 16 a 18 años. Para Violeta Núñez, investigadora principal del proyecto, "si la familia opera como un cojín para amortiguar las problemáticas sociales", de ello se beneficia toda la sociedad, que los mantiene "aparcados" con la familia, donde los chicos se sienten "queridos y admitidos".

Esta pedagoga considera que los enfrentamientos generacionales se reducen "porque los padres prefieren tolerar según qué indefiniciones sobre sus propias responsabilidades" antes que verterlos "a un mundo que no piensa en ellos".

El peligro de esta "familiarización" puede ser, para Núñez, la "falta de horizontes" y un "exceso" de familiarización que encauce las energías juveniles por canales "social y culturalmente poco recomendables". Junto a ello, apunta el estudio, hay que situar que el lugar de encuentro de los jóvenes sea la discoteca, con sus "excesos de alcohol y pastillas". Esta consideración de la familia como un ámbito confortable colabora, según Núñez, en el retraso en la independencia juvenil, que se sitúa en torno a los 30 años.

Los jóvenes opinan que son adecuadas las infraestructuras deportivas, pero reclaman llenar de contenido las culturales, aunque son incapaces de formular propuestas. Además, recelan de sus estudios, por la falta de perspectivas laborales precisamente. En conclusión, Núñez señala que el vacío social y económico genera "pasividad, dependencia y tiene efectos de infantilización". Todos los encuestados consideran grave la falta de guarderías.

[anterior]